Tiempo y Lenguaje III


E (Lenguajes Formales) Aleph


El lenguaje natural en cualquier lengua es polisémico y ambiguo, Alguien dice o escribe y hay alguien que interpreta, esa interpretación a veces puede imaginar cosas que no están ni en lo dicho ni en lo escrito. Eso le confiere una enorme elasticidad y capacidad de expresión pero al mismo tiempo puede vaciarlo de significado o convertir el lenguaje en un rompecabezas donde ninguna pieza encaja. El lenguaje natural admite el oxímoron, la discordancia, la contradicción, tambien figuras retóricas como la metáfora y la parábola. Grandes desiertos de arena que la filosofía forzando el lenguaje nos han hecho creer que no es un desierto, que son grandes catedrales góticas; el tiempo las ha borrado.

Un lenguaje formal no es polisémico, no hay ninguna ambigüedad en el repertorio de símbolos y gramática de un lenguaje formal, tampoco en el intérprete que también está escrito en un lenguaje formal por tanto, tampoco existe ninguna ambigüedad en la interpertación. Podríamos pensar que esto lo vuelve inexpresivo, limitado y rígido.

El lenguaje formal Aleph permite crear todo lo que existe en Aleph, también crear sus relaciones, transformaciones y cambios, pero esto no actúa disociado del lenguaje natural.
Aleph admite más de una gramática y más de un intérprete.

Lo que el lenguaje formal Aleph describe es Aleph ¿qué es Aleph?, Aleph es el mundo y este mismo mundo. En Aleph, a diferencia del mundo conocido, todo aquello que existe, sigue el principio de razón suficiente de Leibniz. Aleph crea mundo y lo crea a través del lenguaje formal Aleph.

Todo en Aleph es clase, en este sentido, clase es el grado más alto de abstracción de todo lo que existe en Aleph. En lenguaje formal Aleph declaramos una clase: class{} Una clase así declarada solo declara existencia, no sabemos qué existe, por qué existe ni para qué existe, solo dice: algo existe.

Cada gramática en el lenguaje Aleph puede definir sus constantes, aquello que no cambia para esa gramática si bien puede cambiar en otra gramática. Existen tres constantes universales Aleph, es decir, toda gramática la expresa de la misma forma y todo intérprete la interpreta de la misma forma, estas son: Class, Unknown y Undefinied (clase, desconocido e indefinido).

Una clase escrita en lenguaje formal Aleph ante un suceso puede cambiar la gramática de la clase, la gramática de una parte de la clase, puede cambiar la gramática y el intérprete de la clase o una parte de la clase. Para esto es necesario que la clase pueda verse a sí misma, ahí reside su ambigüedad por cuánto no es posible saber cuándo va a suceder el suceso, pero tampoco estar seguros si lo que vemos, esto es, gramática e intérprete, ha cambiado en el acto de ver que es suceso. El cambio, puede transformar una clase que imaginábamos algo en lenguaje natural, en otro algo completamente distinto también pensado en lenguaje natural, esto es, el mundo como lo pensamos en el lenguaje.

Permítanme ilustrar esto: supongamos que la clase Aleph crea la clase libro, por caso: La defensa de Vladimir Nabokov editado por Anagarama, estamos en la página 92, luego viendo la gramática y su intérprete, sabemos que si ocurre el suceso “lluvia”, la clase libro pasa de la página 92 a la página 138. En realidad no sabemos con certeza cuándo va a ocurrir una lluvia, pero además, la gramática e intérprete del lenguaje Aleph también son clases y el acto de ver que es suceso pudo haber cambiado la gramática o intérprete que hemos visto. Dicho en pocas palabras, vemos la gramática que dice algo pero al verla la gramática ya es otra. Dicho en pocas palabras, vemos la gramática que dice algo pero al verla la gramática bien podría ser otra. Esto explicaría por qué el libro cuando llueve no pasa a la página 138, pasa a la página 7.

Si todo es clase en Aleph, el tiempo también es una clase. En C, nuestros órganos perceptivos percibe sucesos, luego las facultades de la mente: reducción, orden, memoria, semejanza, inclusión permitía a la mente crear el tiempo.

Ahora es completamente diferente, el tiempo no es creado por percepción y a partir de sucesos ordenados por facultades de la mente, el tiempo es creado por el lenguaje Aleph.

En lenguaje Aleph uno crea el tiempo, la clase tiempo, no necesita esperar para ver qué forma tiene ese tiempo, puede definir la forma de ese tiempo, puede declarar qué sucesos y qué relaciones entre sucesos están obligados a suceder en ese tiempo, en un orden o en cualquier orden, qué sucesos no deben suceder, otros que pueden o no suceder pero si suceden deben suceder en un orden o en cualquier orden. Cuando todo eso sucede, sucede el tiempo. Así, el tiempo en Aleph comienza siendo discreto, suceden sucesos pero el tiempo no sucede hasta que todos los sucesos en ese tiempo sucedan.

Una clase Aleph puede “escuchar” (percibir) sucesos de uno o más tiempos y reaccionar frente a eso, pero también escuchar un solo suceso tiempo que es dado cuando todos los sucesos que están obligados a suceder o no suceder en ese tiempo, suceden.

Ahora bien, si Aleph crea el tiempo a partir de sucesos, ¿quién crea los sucesos?. En C, los sucesos no eran creados, eran percibidos. En C, el suceso lluvia, no es la palabra lluvia, es algo que percibimos que no sabemos qué es, la lluvia está en D, no en C donde solo hay percepciones y facultades de la mente pero no palabra.

Si bien las clases Aleph pueden generar sucesos, los sucesos pueden estar dados en lenguaje natural. Si digo llueve, aún cuando la lluvia sea metáfora, es suceso y llueve, pero no llueve en todo Aleph, llueve en uno de los muchos tiempos Aleph y lloverá en todas las clases que escuchan sucesos en ese tiempo..

Se podría objetar que de ser así, el suceso llueve en Aleph es completamente arbitrario y carece de referente; antes pensabamos que la palabra llueve, su referente era algo que caía y nos mojaba porque podíamos percibir eso que en D llamamos lluvia. El referente del suceso llueve en Aleph ya no está en la percepción, está en el lenguaje, que sí, alguna vez estuvo en la percepción, en Aleph llueve no en la percepción, llueve en la palabra.

El problema aquí radica en el carácter de realidad que le asignemos a la palabra llueve. Si afirmo: llueve, aun si no llueve, la palabra llueve trae el recuerdo de una percepción propia que construye una lluvia. Pensamos que es real, pero no hay ninguna realidad ahí, ¿cuál es el referente de la palabra realidad?. En Aleph debemos desmontar la idea de realidad. Si en una novela del siglo XX el personaje dice llueve, no tenemos ninguna dificultad en pensar que estamos leyendo una novela cuyo personaje dice llueve e imaginamos que llueve, nos tiene sin cuidado saber si llueve ahora para nosotros o llovía cuando el escritor escribió esa página.

Podemos pensar que leyendo la gramática e intérprete de una clase todo ha sido dado en esa clase al igual que todos los sucesos han sido dados en A. No es así, porque sucesos de la propia clase o de otras clases pueden cambiar su gramática y su intérprete.

Es difícil de entender todo lo dicho. Ojalá alguien me lo explicara.