BURNT NORTON (Fragmento)
T.S.Eliot
Burnt Norton es el primer poema de Cuatro cuartetos (1943), obra del poeta y dramaturgo anglo-estadounidense T. S. Eliot, quien lo compuso mientras trabajaba en su drama lírico Asesinato en la catedral (1935). Fue publicado por primera vez en una antología poética de 1936, intitulada Collected Poems 1909-1935.
El título del poema remite a la mansión de la familia Cotswolds, visitada por Eliot, cuyo jardín ejerció una fuerte inspiración en el autor. La estructura de Burnt Norton está basada en su anterior poemario La tierra baldía (1922), y algunos de sus pasajes tienen su origen en versos extraídos de Asesinato en la catedral.
La cuestión central que subyace al poema se encuentra en la naturaleza del tiempo y la salvación. Eliot insiste en la necesidad del individuo de habitar el momento presente y de saberse dentro de un orden universal. Solo al ser consciente del tiempo y del orden del cosmos, la humanidad puede reconocer a Dios y encaminarse hacia la redención. Acerca de Burnt Norton, algunos críticos han destacado la singularidad y belleza del poema; otros, por el contrario, consideran que no alcanza la excelencia de su poesía anterior, y que el uso de simbología cristiana lastra la composición.
Contexto
La concepción de Burnt Norton va ligada al drama en verso Asesinato en la catedral, de Eliot. En 1935, el autor compuso el poema mientras trabajaba en el montaje de su obra de teatro. La conexión entre el poema y la obra dramática es profunda, hasta el punto de que muchos de los versos del poema proceden originalmente de Asesinato en la catedral, y que, por consejo de E. Martin Brown, fueron excluidos del texto dramático. Años más tarde, recordaba Eliot:
«Durante la puesta en escena de Asesinato en la catedral se suprimieron algunos pasajes y versos. "No funcionan sobre el escenario", dijo el productor, y yo acaté su decisión humildemente. Sin embargo, aquellos fragmentos permanecieron en mi mente, y, poco a poco, un poema fue cobrando vida en torno a ellos: finalmente, se llamó Burnt Norton.
Al igual que muchas de las obras de Eliot, el poema fue compilado a partir de varios fragmentos que fueron vueltos a trabajar durante muchos años.
El Norton Burnt real es una casa solariega ubicada en Gloucestershire que Eliot visitó con Emily Hale durante 1934. La Norton House original era una mansión incendiada en 1741 por su propietario, Sir William Keyt, que murió en el incendio. «A pesar de que Eliot estaba casado, "pasó un montón de tiempo" con Hale y posiblemente se haya involucrado con ella. Incluso después de su tiempo en Burnt Norton, Eliot permaneció en estrecha correspondencia con ella y le envió muchos de sus poemas». El señorío real no sirve como un lugar importante dentro del poema. En cambio, es el jardín que rodea la casa que se convirtió en el foco.
Epígrafes
El poema aparece encabezado por dos epígrafes, atribuidos a Heráclito:
τοῦ λόγου δὲ ἐόντος ξυνοῦ ζώουσιν οἱ πολλοί ὡς ἰδίαν ἔχοντες φρόνησιν
Frω μία καὶ ὡυτή
El primero puede traducirse como: "Aunque el Logos es universal, la mayoría vive como si tuviera un entendimiento propio"; la segunda, "El camino arriba y abajo es uno y el mismo."
Fuente: Wikipedia
I
El tiempo presente y el tiempo pasado Tiempo presente y tiempo pasado
Acaso estén presentes en el tiempo futuro
Y tal vez al el futuro lo contenga todo el pasado.
Si todo tiempo es un presente eterno contínuo
Todo tiempo es irredimible.
Lo que pudo haber sido es una abstracción
Que sigue siendo perpetua posibilidad potencia y no acto
Sólo en un mundo de especulaciones imaginado.
Lo que pudo haber sido y lo que ha sido
Tienden a un solo fin, presente siempre siempre presente.
Eco de pisadas en la memoria,
Van por el corredor que no seguimos
Hacia la puerta que no llegamos nunca a abrir
Y da al jardín de rosas. Así en tu mente
Resuenan mis Mis palabras.
Pero no sé
Con cuál qué objeto perturbamos el polvo
Que vela el cuenco en donde están los pétalos
De rosa.
Y otros ecos
Habitan el jardín. ¿Vamos tras ellos?
De prisa No te detengas, dijo el pájaro: encuéntralos, encuéntralos,
Al dar vuelta a la esquina, tras la primera puerta,
En nuestro primer mundo Entrarás a mi primer mundo. ¿Vamos en pos
Del engaño del tordo? En nuestro primer mundo.
Allí estaban ellos, Allí estaban, solemnes, invisibles dignos, invisibles;
Se movían sin premura sobre las hojas muertas,
Bajo el calor de otoño, en el aire vibrante.
Y el pájaro silbó en contestación
A la inaudible música oculta entre las plantas
Y el destello de una mirada no vista cruzó el espacio.
Porque las rosas tenían aspecto de flores contempladas.
Eran como nuestros huéspedes, aceptados y aceptantes aceptando.
Así pues, avanzamos, y ellos, en procesión formal en formación,
Caminaron también por el desierto sendero por el desierto, hacia el círculo de boj,
Hasta llegar a la rotonda con el seto de arbustos.
Y miraron entonces el estanque drenado.
Seco el estanque, seco el concreto, pardos ocre los bordes.
Y se llenó el estanque de agua solar,
En silencio, en silencio se alzaron lotos, Y el loto se elevó, despacio, en silencio
La superficie brilló desde el corazón de la luz
Y ellos quedaron tras nosotros reflejándose en el estanque. Y estaban tras nosotros, reflejados en el estanque.
Luego pasó una nube y se vació el estanque el estanque estaba vacío.
Váyanse, dijo el pájaro, porque las frondas estaban llenas de niños el estanque estaba lleno de niños
Que alegremente se ocultaban y contenían la risa.
Váyanse, váyanse, dijo el pájaro: el género humano la especie humana
No puede soportar tanta realidad.
El tiempo pasado y el tiempo futuro, Tiempo pasado, tiempo futuro,
Lo que pudo haber sido y lo que ha sido
Tienden a un solo fin, presente siempre siempre presente.