Centro de Altos Estudios Aleph
Comencemos.
Supongamos que alguien tiene la certeza que el mundo está sostenido por cuatro tortugas.
¿Qué responderían a eso?
Podrían tratar de explicarle que no es así, que es como ustedes piensan.
Podrían preguntarle: Muy bien, está sostenido por cuatro tortugas, pero, ¿en qué se sostienen las tortugas?
Podrían no decir nada y retirarse a reflexionar cómo fue que a ese hombre se le ocurrió pensar de esa forma, que eran cuatro tortugas y no, por ejemplo, dos elefantes.
¿Cuál de las tres elegirían?
La clase pasada hablamos de enumeración y orden. Vamos a utilizar un par de símbolos para permitirle a quien lee diferenciar uno de otro.
Si escribimos:
{a, b, c}
Enumeramos a, b y c.
Si escribimos:
[a, b, c]
Ordenamos a, b y c.
Ahora quien lee sabe: Primero a, luego b, luego c.
¿Qué es a, b y c?
Por el momento nada en particular, cualquier cosa, digamos elemento. Es algo, algo antes que nada.
Si en la enumeración u orden queremos expresar que alguno de sus elementos debe estar presente mientras que otro puede estar presente o ausente, necesitamos otros dos símbolos para expresar eso.
Si escribimos:
[+a, *b, *c]
Declaramos que en ese orden, a debe estar presente, pero b y c pueden estar presentes o ausentes.
Luego:
[a], [a, b], [a, c], [a, b, c]
Son todos ordenes equivalentes. Por equivalentes entendemos que están ordenados de la misma forma.
El orden comienza y termina. ¿Pero hubo algo antes o no hubo nada?, ¿habrá algo después o no habrá nada?. Necesitamos otros dos símbolos para declarar si el orden es abierto o cerrado antes y si es abierto o cerrado después.
]+a, *b, *c[
Orden abierto
]+a, *b, *c]
Orden clausurado al futuro
[+a, *b, *c[
Orden clausurado al pasado
Una Ruta Aleph es un orden sin obligación de clausura cuyos elementos corresponden a un espacio geográfico del mundo real.
De modo que una Ruta Aleph podría declararse así:
[+a, *b, +c]
Donde a, b y c ahora son espacios geográficos.
Un espacio geográfico dentro de una Ruta Aleph puede referir cualquier espacio geográfico, no existen restricciones respecto a esto.
En la actualidad, las agencias de viajes que ofrecen paquetes turísticos en general nombran países o ciudades. Entonces a, b y c podrían ser: Egipto, Turquía, Grecia, pero también, El Cairo, Estambul, Atenas. Claro que las agencias de turismo nombran y ordenan estos lugares con fines publicitarios y de acuerdo a un criterio de de espacio y economía.
Uno podría pensar: Estambul es un lugar, ahora, ¿es un lugar que uno puede habitar?. Una Ruta Aleph permite ordenar de esa forma el espacio, pero es mucho más probable que una Ruta Aleph diga:
En el café Al Fichawi en El Cairo
Luego, en el hotel Agora Life en Estambul
Luego, en la galería de arte Kouvoutsakis en Atenas
Una Ruta Aleph no obliga al tiempo. Podemos salirnos de una ruta y continuarla en cualquier otro momento. Claro que existen diferencias entre quienes la han seguido sin apartarse y aquellos que la han recorrido de forma escalonada.
Como se habrán dado cuenta existe una dificultad al declarar los espacios de esta forma.
¿Qué pasaría si el hotel Agora Life de Estambul fuese demolido y en su lugar pusieran un mercado de especias?
Así como está declarada la Ruta no pasaría nada ya que el hotel Agora Life puede estar presente o ausente en esa Ruta.
Pero si la Ruta fuera declarada:
[+a, +b, +c]
O lo que es lo mismo:+[a, b, c]
Entonces, la única forma posible de transitar esa Ruta en Aleph será yendo al pasado.
Los espacios en Aleph se declaran en términos de latitud, longitud de acuerdo a la información proporcionada por el sistema satelital ruso GLONASS. Pero en el momento de registrar o indicar un espacio, no solo se declara un lugar preciso sino también qué es lo que existe o ha existido en ese lugar preciso.
No se alarmen, no son los arquitectos los encargados de trazar las rutas en Aleph.
Dejemos por un momento las Rutas y hablemos de relaciones entre cosas, cualquiera que sean esas cosas. Supongamos dos cosas. Existen muchas relaciones definidas formalmente en Aleph para expresar estas relaciones, muchas les resultaran familiares, otras les parecerán extrañas porque son incomprensibles fuera del espacio Aleph. En el mundo real y en general, dos cosas pueden estar una relación de semejanza, de igualdad, de cercanía, de confianza, etc.
Pero supongamos que quisieramos expresar lo siguente:
Algo está en una cierta relación con otra cosa. No sabemos exactamente cuál es esa la relación, creemos que hay una relación, tal vez intuímos que hay una relación aunque no sabemos exactamente qué tipo de relación es.
Utilizaremos el símbolo ? para expresar eso.
De manera que si escribimos:
[+a, *b?{a,c}+, +c]
Leemos de esta forma:
Existe un orden, primero está a, luego puede o no estar b, creemos que b está en una cierta relación con a y con c, luego está c y luego de eso no hay más nada.
Ahora, si escribimos:
[+a, *b?[a,c[*, +c]
Leemos de esta forma:
Existe un orden, primero está a, luego puede o no estar b, creemos que b está o no en una cierta relación, primero con a y recién entonces con c y tal vez le siga alguna otra cierta relación, luego está c y luego de eso no hay más nada.
Una Ruta Aleph declarada:
[+a, *b, +c]?d
Dice:
Existe una Ruta Aleph que está en una cierta relación con d.
Sabemos que a, b y c son espacios geográficos. Pero, ¿qué es d?
Supongamos que d fuera un libro, este libro.
Veo que nadie está impaciente por saber de qué libro se trata.
Es un libro escrito por Marshall Berman: Todo lo sólido se desvanece en el aire, una frase de Carl Marx. La experiencia de la modernidad.
Está editado por Siglo Veintiuno de España Editores.
Cuando compren un libro presten atención a la encuadernación, no saben lo incómodo que resulta leer un libro tirado en la cama cuando empiezan a desprenderse las hojas.
La primer palabra que pronuncié cuando comenzamos fue: Supongamos.
¿Perdón?
Muy bien, veo que está atento y tiene buena memoria. La primer palabra fue: Comencemos. La segunda: Supongamos.
Propongo lo siguiente. Para la próxima clase, quiero que usted trate de explicarme por qué comencé diciendo: Comencemos y recién entonces: Supongamos, dentro de este contexto. Para lo cual, usted comenzará imaginando el pasado y luego, tal vez, deberá hacer ciertas suposiciones.
Quiero que todos piensen la diferencia, si es que existe, entre suponer e imaginar y por último si piensan que es necesario crear nuevos símbolos para expresar eso en nuestro lenguaje formal y en ese caso cómo lo harían. Para la próxima clase quiero que imaginen una ruta que esté en una cierta relación con algo, no imaginen lugares alejados, una ruta que vaya de aquí a dos o tres cuadras, luego saldremos a caminar y de regreso van a decirme qué cosas creen que deberían estar presentes en esa ruta.
a, b y c en una Ruta Aleph son espacios geográficos, pero ahora d es un libro. Este libro.
Lo que antes llamamos elemento o cosa, para Aleph, es una Clase y es nombrada así.
Una Clase Aleph describe el comportamiento de aquello que representa, ese comportamiento está de acuerdo a su naturaleza e incluye aquello que le es posible recordar.
Dijimos que Aleph mantiene la memoria de todo aquello que existe en Aleph, pero esta memoria solo recuerda tiempo y espacio. No es poco. Si yo les preguntara, ¿dónde estuvo este libro antes?, ¿qué contestarían a eso?
Está bien, muy gracioso, estuvo en mi cama. Pero, ¿dónde estuvo antes?
¿En una librería?, puede ser, está segura o está suponiendo. Este libro en Aleph puede decirnos exactamente donde estuvo antes.
Si estando en Aleph usted va a una librería y compra este libro, lo pone en su cartera, vuelve a su casa y una semana después decide leerlo sentada en un banco de plaza, Aleph lo recuerda.
Qué otras cosas se les ocurre que podría recordar un libro y no solo recordar sino también decidir, algo que esté en su naturaleza.
Podría por ejemplo decidir por qué página comenzar cuando el lector lo abre. Podría preguntar: ¿Qué clase de lector me está leyendo?, ¿dónde estuvo antes ese lector?, ¿qué otros libros ha leído?, ¿qué ruta sigue?, ¿qué día es hoy?, bajo determinadas circunstancias ¿podría el libro negarse a ser abierto?, ¿podría el libro recordar todas las ciudades en que ha sido leída una de sus páginas?
La respuesta a todo eso es si, si puede y a toda esa memoria que ahora obra en poder del libro se lo denomina Registo. Cuando veamos como se declara una Clase Aleph, entenderemos mejor todas las posibilidades que existe en una Clase para actuar y recordar.
¿Cómo es el proceso de crear un libro y ponerlo en Aleph?, en primer lugar alguien o un grupo de personas tiene que elegir un libro y luego escribir la Clase que define su comportamiento. Esta escritura de la Clase es legible, está regida por una gramática formal y bajo una sintaxis estricta. Luego le pide a Aleph que acepte incluir ese libro. Ese pedido también está regido por una gramática formal.
En el momento que la Clase entra en Aleph, Aleph crea una instancia de esa Clase, la instancia de esa Clase ya solo es legible por una máquina, pero ahora el libro, imbuído de un poder que nunca tuvo antes, cobra vida en Aleph.
¿Puede uno pedirle a Aleph poner ese libro en cualquier espacio geográfico?
En principio uno solo puede poner ese libro en Aleph en una librería que exista en Aleph y por lo tanto en el mundo real y que en ese momento tenga al menos un ejemplar de ese libro.
De manera que el libro en Aleph y el mismo libro en el mundo real comienzan estando en una cierta relación de igualdad.
Este libro, para ustedes es solo un libro, la palabra libro. En Aleph este libro es la instancia de una Clase, algo mucho más sólido que la palabra y todas las palabras en Aleph no son solo palabras son Clases.
¿Qué creen ustedes que es más real?, este libro o este mismo libro en Aleph.
Ya estamos terminando. Dejemos el libro por un momento y pensemos en un espejo, un gran espejo en la recepción de un hotel.
A diferencia del libro que se mueve de aquí para allá, el espejo está quieto. ¿Qué podría recordar un espejo?
Claro, el reflejo de la instancia de una Clase que se pone adelante. Pero, ¿qué es lo que el espejo refleja y puede recordar?, ¿debería el espejo recordar la instancia de la clase o toda la Clase según está escrita?, ¿debería el espejo pedirle a la Clase una imagen de cómo quiere ser reflejada?. ¿Podría el espejo pedirle a la Clase las ciudades donde estuvo y recordar sólo eso?, ¿Es posible en la gramática formal establecer un diálogo entre Clases?.
Una vez, alguien enfrentó en Aleph dos espejos. ¿Qué imaginan que ocurrió?
Bien, discutiremos todo eso la próxima clase. Pero antes de terminar me gustaría preguntarles: ¿Qué creen que es Aleph?, ¿Una máquina de Turing?, ¿Un autómata de estados finitos?. Cómo creen que Aleph tuvo lugar hace muchísimos años cuando las máquinas que ahora existen aún no habían sido creadas.
Señorita, tome asiento, la clase aún no ha concluído.
Silencio por favor.
Mirar el río hecho de tiempo y agua
y recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divisar su Itaca
verde y humilde. El arte es esa Itaca
de verde eternidad, no de prodigios.
También es como el río interminable
que pasa y queda y es cristal de un mismo
Heráclito inconstante, que es el mismo
y es otro, como el río interminable.