Centro de Altos Estudios Aleph

Bien, comencemos.
Apaguen sus teléfonos, apaguen sus computadoras porque aquí no van a servir de nada.

¿Cómo dice?
Si señorita, aquí se permite todo, incluso fumar.
Si tienen preguntas, las anotan y luego las revisamos al concluir la clase.

Comenzaremos revisando algunos principios de la lógica clásica, luego y por sucesivas aproximaciones y pensando en lo que las palabras significan intentaremos llegar a los principios y definiciones que constituyen la base axiomática de Aleph, por último comenzaremos una práctica que desarrollaremos a lo largo de esta cátedra.

Todos ustedes, futuros arquitectos de Aleph, a su tiempo, serán responsables de crear el tiempo y el espacio donde los hombres y las cosas viven y mueren. Puede que ahora esten pensando en Loos: La casa debe agradar a todos, la obra de arte no tiene por qué agradar a nadie, tal vez esten pensando en inextricables catedrales góticas o en el omnipresente Taj Mahal.
Conocí a un hombre que pensaba así de joven, hasta que un día se puso a estudiar una pequeña porción del espacio. Atravesar ese espacio en el mundo real no lleva más de dos minutos. Él tardó cuarenta años en construir el tiempo y espacio en Aleph y al final de su vida no lo concluyó, lo dejó abierto para que otros encontraran nuevas formas de continuarlo.

A es A y todo A. Este principio no es evidente por si mismo pero necesario si pretendemos predicar algo sobre A. ¿Cómo predicar sobre algo si ese algo estuviera sometido a un cambio continuo?. Pero cada vez que predicamos algo sobre A, A no es A y todo A.

Nada puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido. ¿Qué es el tiempo en esta sentencia? ¿En qué sentido algo Es?, supongamos que lo fuera en el sentido de presencia, ni siquiera de realidad. Algo Es porque, siguiendo a Berkeley, existe una mente que lo está pensando. Ahora supongamos que una persona duerme y en su sueño no existe ninguna manifestación de ese algo. ¿No sería más razonable pensar que en ese momento ese algo Es porque fué para esa mente y no Es porque en ese momento no se manifiesta?

Algo Es o no Es.
Si se le pregunta a alguien si está lloviendo. Este principio dice: O llueve o no llueve, no existe una tercera posibilidad. Pero si la persona a la que preguntamos jamás ha visto llover ¿acaso su mente no descansa entre dos afirmaciones igualmente posibles?: Llueve y no Llueve.

Un hombre imagina, un hombre siente algo a lo que llama realidad. Un hombre interpreta, recuerda, un hombre olvida, cuando un hombre se siente cansado, cierra los ojos y duerme, entonces desaparece o sueña. Todo eso le ocurre a un hombre en el término de una vida.

Aleph no cuestiona ni intenta explicar por qué todo eso ocurre. En su lugar pregunta: ¿Qué es posible hacer con eso?

Cuando todo comenzó, Aleph introdujo la primer idea a la que llamó signo. Un signo Aleph no es un signo lingüístico, aquello que permite imaginar una realidad que no está presente. Tampoco dice que el signo sea algo para alguien.
La definición axiomática de signo Aleph dice: Un signo Es y no Es al mismo tiempo, cuando Es, es algo, algo antes que nada, cuando no Es, también Es algo, algo antes que nada.

Un signo Aleph es algo sobre lo cual nada puede ser predicado. Con el tiempo se darán cuenta de las enormes implicancias que tiene este principio y sobre el cual todo Aleph construye mundo. Este axioma también puede enunciarse así: Un signo Aleph es una revelación cuyas raíces se aferran a un mundo presente y ausente. Pero esta revelación nunca llega a producirse.

Pero si un signo Aleph carece de toda propiedad que lo distinga, solo le es dado un signo. Cuando decimos un signo Es o no Es, cuando hablamos de Ser, ¿a qué nos referimos exactamente?. Quiero que se detengan a pensar en eso.

La primera definición de Aleph puede enunciarse así: Un contexto es un conjunto finito o infinito numerable Aleph sub cero y no ordenado de propiedades. Un signo Es siempre dentro de un contexto y de cualquier otro contexto y un signo no Es siempre dentro de un mismo contexto y de cualquier otro contexto.

Existe aquí una controversia respecto de aquellos que pretenden ver en esta definición la analogía con un recuerdo, porque un recuerdo aparece bajo un mismo contexto o de cualquier otro contexto, pero como un signo Es y no Es, entonces un recuerdo es también al mismo tiempo y en el mismo sentido una forma de olvido.

Hasta aquí, el signo Aleph es solo manifestación de un algo que no podemos definir, en cambio el contexto donde el signo se manifiesta puede ser nombrado y enumerado, entramos entonces en el dominio de la palabra si bien no existe un orden porque el tiempo aún no ha sido creado.

En el tercer estadio de Aleph, el contexto ha sido ordenado. Ahora el contexto, lo nombrable sigue uno de los tantos ordenes posibles. La mímesis y la diégesis según la definición clásica se manifiesta, ahora el tiempo y con el tiempo la interpretación del signo toma lugar. Pero no debemos pensar al tiempo como algo dado por fuera del signo, sino que es el signo y cada signo el que establece su tiempo interno. El tiempo puede ser discreto o continuo. El signo puede decir: en el crepúsculo, en el ocaso, en tal momento del calendario lunar pero también desde tal fecha a tal fecha del calendario Gregoriano o de cualquier otro calendario. Puede decir: Ahora, en el pasado, en el futuro.
Y cuando Aleph dicte que ha llegado el momento le permitirá al signo manifestarse.

Definición: El tiempo es signo, el tiempo Es y no Es.
Es una definición difícil de aprehender. Pensemos en una película o en una novela, aquí, la supresión del tiempo en una sucesión de imágenes o de palabras es aceptada naturalmente por el intérprete. Cómo resuelve cada intérprete aquello que no es mostrado es lo que debemos imaginar, quiero decir: imaginar lo que el intérprete va a imaginar.

En los comienzos, pensaron que era bueno hacer coincidir el tiempo Aleph con el tiempo en el mundo real sin ninguna supresión. Por ejemplo, si uno toma un vuelo de Buenos Aires a Madrid ese vuelo tiene una duración de doce horas, en Aleph, también duraría doce horas. Eso pensaron, y pensaron que eso era bueno.

Pero no existe un único tiempo dentro del signo, múltiples tiempos y múltiples tiempos en conflicto pueden convivir en el seno del signo dando lugar a una forma no determinista de los hechos.

Definición: Una clase y todos los objetos instancias de esa clase están obligados a llevar un registro de todo aquello que la clase es capaz de recordar.

En el mundo real, una mente que observa algo puede en el futuro recordar o no ese algo, en Aleph, la clase y su objeto no solo recuerdan sino que están obligados a recordar hasta la frontera de sucesos, ahí donde pasada la frontera nada más puede ocurrir. Esto incluye presente, pasado y futuro de la clase. Todos los objetos recuerdan espacio y tiempo, esa memoria no reside en la clase sino en Aleph. Pero su memoria, toda la memoria de Aleph también es signo.

Definición: Nada que no exista en el espacio del mundo real puede existir en Aleph.

Hay quienes piensan esto así: Una ciudad existe en el mundo real, luego existe en Aleph. Pero si una fuerza natural o el hombre destruye esa ciudad, todo lo que exista en Aleph en esa ciudad dejará de existir.
No es así, y ya veremos el porqué esto no es posible en Aleph sin entrar en una contradicción lógica.

Lo más significativo de esta definición es que anula toda capacidad de Aleph para crear por si mismo espacios que no existan en el mundo real.

No existe consenso respecto a la necesidad de esta definición. Las teorías más audaces aseguran que de esta forma Aleph obliga a actuar sobre el mundo real. Si queremos que algo exista en un espacio Aleph, debemos crear primero ese espacio en el mundo real. Con el tiempo no habrá forma de distinguir Aleph del mundo real. No es una teoría muy convincente y Loos tiene todo un capítulo dedicado a refutarla.

Ahora bien, ¿qué significa un espacio en Aleph?. Si alguien pinta un cuadro sin importar cuál sea el motivo. ¿Puede Aleph ocupar ese espacio?. Si, puede. ¿Puede Aleph ocupar el espacio creado por una película?. Si, puede.

Definición:
Sea L un lenguaje formal
Sea M un metalenguaje formal que predica sobre L
Sea N un lenguaje natural suficientemente ambiguo y potente capaz de predicar sobre todo Aleph

En las próximas clases entenderán por qué es necesario un metalenguaje, es decir, ubicarse por fuera del lenguaje Aleph para establecer ciertas condiciones que no pueden ser establecidas dentro del lenguaje formal.

Según la mitología, Aleph creó la noche en una noche y esa noche duraría para siempre. Un zunzuncito incansable recorría todo el espacio. Aleph, en su perplejidad, ordenó a las Pléyades encender la constelación de Orión creando así el día y el tiempo. El zunzuncito encandilado murió en el cenit. Entonces Aleph lloró y sus lágrimas se volvieron lluvia roja y entonces en su ira Aleph creo el fuego y los volvió a todos ciegos.




En fin, supongo que ya estarán cansados de tanta teoría.

Quiero que vean esto. ¿Qué ven?

Claro, una rosa.
Una rosa que fue arrancada de un rosal que no está aquí presente pero ustedes pueden imaginar.
¿Alguna vez se preguntaron por qué la naturaleza actúa de esa forma?, porque bien podría la rosa haberse pulverizado en el mismo momento de ser cortada. El mismo rosal podría haber dejado de existir a modo de advertencia.

Pero no, esta pequeña rosa suprimido su lugar de pertenencia aún exhala su perfume. Sabe que no tiene ninguna oportunidad porque su tiempo se ha acabado, y sin embargo, de alguna forma, aún se esfuerza por seguir siendo.

Comenzaremos la práctica poniendo esta rosa en Aleph.

@[{time:future, place:undefined, instances:1}]
class
{
}

Declaramos que solo habrá una rosa, aún no sabemos cuando, solo sabemos que ocurrirá en el futuro y aún no sabemos en qué lugar.
¿Dónde pondrían ustedes esta rosa?. ¿En el cuarto de un hotel?, ¿en la sala de un museo?
¿Es esta la clase y toda la clase?. ¿Es la clase todo lo que está escrito? No, porque la clase Es y no Es.
Una clase puede ser declarada y con el tiempo modificar su comportamiento porque uno ha cambiado o porque otros la completan.

Por el momento, lo dejaremos así. Pero así como está, ¿dónde está la rosa?
Ahora predica el lenguaje natural:


Ya las lustrales aguas de la noche me absuelven
de los muchos colores y de las muchas formas.
Ya en el jardín las aves y los astros exaltan
el regreso anhelado de las antiguas normas
del sueño y de la sombra. Ya la sombra ha sellado
los espejos que copian la ficción de las cosas.
Mejor lo dijo Goethe: lo cercano se aleja.
Esas cuatro palabras cifran todo el crepúsculo.
En el jardín las rosas dejan de ser las rosas
y quieren ser la Rosa.


Señores, este es el caso y será todo el caso.
Si tienen pregunas, pueden hacerlas.