Codex Luna
A MilenaBuenas noches
Pase, pase usted, no tome frío, lo estabamos esperando. Permítame su abrigo.
Perdón por la demora pero el camino está mal señalizado y con esta lluvia…
No debe disculparse, es noche de luna roja. ¿Puedo ofrecerle un cognac?
Gracias, un café cargado sin azucar me caerá bien
Pase por aquí. Cuidado con el escalón. Tome asiento, enseguida estoy con usted
Café bien cargado
¿Hubo corte de luz?
En noches así, la luz va y viene
Aquello de allá, ¿Es un Turner?
¡Sorprendente!. Qué buen ojo tiene y a esta distancia. Sí, es un Turner. Debería verlo con la última luz de la tarde. Termine su café. Voy a anunciarlo
El señor lo recibirá ahora. Escuche: el señor no se encuentra bien, trate de no demorarse y sobre todo de no fatigarlo
¿Qué le ocurre?
Una extraña enfermedad que los doctores aún no aciertan con el diagnóstico
¿Señor?
Adelante
Su invitado
Acérquese. Perdón por recibirlo en este estado. Por favor, llévese la bandeja y déjenos solos.
El té, ¿no estaba bien?
No tengo la menor idea, infusión de maricones, llévese la taza y todo el resto.
Estaré abajo por si me necesita.
Haga lo que le venga en gana, ¡pero ya!, desaparezca de una vez.
¿Qué ve ahí?
¿Es un original?
Pueden contarse siete perspectivas y todas son falsas, ¿Si es original?, quién sabe.
El problema con este muchacho es que se cansó que los críticos de arte le dijeran lo grande que había sido y entonces comenzó a falsificarse a si mismo. ¿Cuándo fue que los grandes pintores dejaron atrás su sensibilidad y comenzaron a preocuparse por el dinero y en cómo serían juzgados?
Venga, tome esta llave y abra el cajón de la izquierda, allá abajo.
¿Llevo los lápices?
¿Qué lápices?, la botella, traiga la botella, los vasos y el tabaco.
Así no va a poder, deje la lámpara sobre el escritorio.
Vamos, vamos, sirva hasta el borde.
¡Salud!. Acerque una silla.
Cuando en 1870 el público de París retrocedió horrorizado ante las leprosas sombras azules de Monet, lo hizo porque sentía que se había roto un contrato importante. La pintura, como una forma primaria de discurso social y de realidad.
Actualmente ninguna pintura puede ofender a nadie, porque la pintura ya no es índice de lo real.
Vea hacia la galería. Bueno, no se ve mucho, hubo corte de luz.
Watteau nace en Valenciennes en 1684, nunca se caso, misántropo, hijo de un fabricante de tejas flamenco. Tuberculoso, carácter indolente, ningún escándalo. Quemó alguno de sus cuadros por considerarlos obscenos. No llevaba un diario. Su amigo Edmé Gersaint lo describe como un buen amigo aunque algo difícil. Watteau es siempre íntimo, ajeno a la gran elocuencia de un Rubens. Francia estuvo sumida en guerra en la mayor parte de su vida. Con sus pinturas no se aprende nada acerca de la historia real. En su cuadro más importante, La muestra de Gersaint, vemos una galería que vende cuadros y espejos, las pinturas apenas son visibles, los espejos son negros, a la izquierda una dama y un caballero observan un cuadro a la derecha. Murió en 1721 cuando aún no había cumplido los 37 años.
Le sigue Degas. Degas el solitario, tampoco se casó, tenía horror que si se casaba su mujer dijera de su pintura: Te ha quedado bonita. No era homosexual, es probable que fuera impotente. Misógino porque rechazaba la hipocresía de la belleza formal de un Cabanel. En la pintura El peinado, los contornos de la mujer estan marcados de una forma casi fauvista que parece anticipar el Estudio Rojo de Matisse. De hecho Matisse fue propietario de esa pintura si bien eso ocurrió mucho después de haber acabado su Estudio Rojo. Los auténticos innovadores como Degas no destruyen el pasado como pretende el vanguardismo sino que lo enriquecen.
Courbet. Hijo de campesinos. Vivió como un socialista y murió en el exilio en Suiza aplastado financieramente cuando Francia lo hizo responsable de derribar la columna de Vendôme durante la comuna de París.
¿Qué era el realismo que él encarnaba para sus enemigos?, ¿Ateísmo, socialismo, falta de decencia?
Courbet se rie de todos y las opiniones de los demás no le importan más que el agua que corre bajo el Pont Neuf. Para él el sentido del tacto precedía al de la vista de manera equivalente a lo que la vibración de la luz era para Monet.
Gauguin. Parte de Francia en 1895 y muere en la remota isla de Hivaoa, sus últimos trabajos fueron comprados por coleccionistas rusos y fueron a parar al Hermitage y al museo Pushkin.
¿Cuál es el Gauguin real?, ¿el pintor dominguero, agente de bolsa que se rebela contra la burguesía y lo abandona todo: mujer, trabajo, familia y se lanza a una remota isla de Thaití para encontrarse a si mismo?. Puras tonterías.
Gauguin pretendía llegar más allá de la mirada, cargar la pintura de símbolos, cosa que a los impresionistas jamás se les hubiera ocurrido.
Iba contra la saturación cultural de Occidente, despreciaba el colonialismo europeo. Iba contra todo aquello que representaba Francia preocupada solo por el dinero y el desarrollo industrial.
Muchas de sus pinturas son refexiones de otras pinturas. No hubo nadie más grande que Gauguin excepto tal vez Van Gogh y Cézzane.
Me gustaría poder seguir, pero. ¿Qué ocurrió después?, hacía tiempo que el centro del arte ya no pasaba por Roma, tampoco estaba en París, ahora se había trasladado a América, mas precisamente a la ciudad de Nueva York. Y cuando todos pensaban que de ahí surgiría un arte completamente nuevo producto de una nación democrática, joven y pujante ¿qué obtuvimos?. El pop art.
Ya no se trataba de pensar en los grandes efectos de la luz, ya nadie quería tomarse el tiempo para estudiar la técnica de los grandes maestros y seguir una escuela, ya no había ninguna reflexión, solo se trataba de puro espectáculo, fama y dinero. Y cuanto más rápido uno pudiera lograrlo, tanto mejor.
Cuando reviso los catálogos Sotheby's o Christie's y escucho que han pagado miles de dólares por unos frascos de galletas de Warhol y créame, los que pagan esas sumas son gente que han recibido una educación de primera, gente por donde pasa el poder real, entonces trato de no pensar. Pero al mismo tiempo pienso: Si un espantapájaro con peluca pudo convencerlos que sus litografías tienen algún valor, entonces. Todo es posible.
¿Cómo dice?
Está bien, pero Berenson siempre fue otra cosa. Al menos él estudió y si pudo engañarlos y hacer fortuna con eso, fue porque entendió el miedo de la sociedad que él encarnaba, la alta burguesía de Boston, a no poseer algo auténtico.
En fin, podría pasarme toda la noche hablando de arte pero supongo que usted no vino aquí para eso. Usted vino para ver el Codex Luna. Lo que voy a enseñarle no es el códice, es algo mucho más breve pero mucho más interesante. Se trata de un objeto diseñado por uno o varios arquitectos de Aleph que construye una parte de ese códice.
Por favor, alcánceme aquella caja sobre el escritorio y de paso traiga el cenicero.
Vea esto, puro lenguaje Aleph:

Lenguaje formal, gramática Chomsky de tipo uno.
¿Había visto algo así?
Lo suponía, trataré de explicárselo hasta donde yo lo entiendo.
Comienza declarando una clase, una clase es cualquier cosa real o imaginaria, en este caso la clase define una parte de un libro. Es fácil deducir de que libro se trata porque aparece el número de ISBN. ¿Qué libro es?, un libro igual a este. Vea, tómelo.
La noche a la deriva, primera edición, dos mil ejemplares impresos.
Cuando esta clase se registra en Aleph dice: a todas las personas que siguen tal ruta y llegan a tal lugar, presente este libro, línea 9.
En este caso la ruta es la R67A11 y el lugar expresado en términos de latitud y longitud corresponde a un hotel ubicado en la avenida de España 1, ciudad de Torremolinos.
Cuando la clase se registra, indica algunas cosas que desea escuchar de Aleph, linea 20. En primer lugar, cuando alguien llega ahí, Aleph le dirá si esa persona se encuentra en el pasado, presente o futuro de Aleph. Si es presente y hay luna en cuarto creciente, la clase le pedirá a Aleph que recuerde, línea 33. A continuación presenta el libro comenzando por la página 33, línea 13. Vaya a esa página y lea.
Cuando la persona abandona el lugar, el libro pasará de la página 33 a la página 47, línea 52. La persona no lo sabe.
Pero también podría ocurrir que la persona decida llevarse el libro. En ese caso, la clase le dice a Aleph que desea observar cada uno de los libros entregados, línea 27.
Dos mil ejemplares en el mundo real, dos mil ejemplares en Aleph, la diferencia está que en Aleph, esta clase sabrá el lugar exacto en el que se encuentra cada libro entregado, si la persona que toma el libro viaja a Tánger, Aleph lo sabe, esta clase lo sabe y decidirá qué hacer con eso.
¿Qué tenemos hasta aquí?, no mucho. Alguien llega a un lugar, encuentra un libro, lee una página de ese libro y se marcha. Ahora supongamos que Aleph decide que el libro debe ser recordado, supongamos que eso ocurre un año después. Recuerda el libro, pero el libro ha quedado abierto en la página 47, la persona es forzada a recordar una página que no fue leída ¿cómo explica eso?.
La definición de una clase está escrita. Pero lo que está escrito, ¿es toda la clase de una vez y para siempre?. No necesariamente, otras clases, inclusive Aleph pueden modificar su estructura y comportamiento. ¿Y cómo hace una clase para saber si tiene algo que antes no tenía?.
Reflection es el mecanismo por el cuál una clase puede interrogarse a si misma. ¿Quién soy?, ¿Qué tengo?. Línea 57, la clase pregunta si el libro posee una firma, si es así entonces recuerda.
Estoy convencido que esta clase oculta aquello que he buscado por años. He viajado muchas veces a la ciudad de Torremolinos por Aleph siguiendo la ruta R67A11. Buenos Aires, Madrid, Málaga, Torremolinos. Estuve ahí el 22 de agosto de este mismo año, noche de luna en cuarto creciente. He enviado a una persona a hacer el mismo recorrido viajando por el mundo real y nunca volví a saber de él. He tratado de encontrar la pintura a través de la cual es posible llegar ahí en el pasado. He comprado todas las primeras ediciones del libro que me fueron posibles. ¡Y nada!.
No entiendo. ¿Qué es lo que está buscando?, el libro ¿no es este libro?
Es posible que sea ese libro, pero no es ese.
Existen tres libros en Aleph, en alguna página de esos tres libros se encuentra un código escrito a mano. Esos tres códigos forman una llave, esa llave abre una puerta.
Hace dos semanas, envié a otra persona a investigar. Me hizo llegar esto:

Es la imagen que presenta la clase cuando uno se encuentra en la avenida de España 1 en el pasado de Aleph, línea 40. No hay palabras, es una imagen.
Habitación 912 del hotel. En esa habitación el escritor Thomas Bernhard pasó su última temporada, eso ocurrió el 18 de diciembre de 1988. El 12 de febrero de 1989 estaba muerto.
Junto con la fotografía vino esto otro. Vea:

Lo escibió una prostituta rusa que trabaja en un local nocturno de Torremolinos. Estaba asustada.
Permitame. Aquí dice: El libro será entregado en Madrid. La persona que enviaron ha desaparecido.
Volvió la luz, mire allá, vea de nuevo la galería. A veces la oscuridad envuelve a las cosas de una gravedad que tal vez no tengan. Uno no ve, luego imagina.
Volvamos a la clase, en algún momento Aleph puede pedirle al libro que olvide, línea 61.
Por favor, vaya al equipo y baje el volumen.
Entonces ocurrirá que la clase antes de olvidar y notificar a todos los ejemplares entregados que deben cerrarse, toma tres libros o tres páginas de un mismo libro y los distribuye en tres lugares de una ciudad, línea 63 a la 71. El libro es este, tómelo. La ciudad es la ciudad de Antigua Guatemala.
¿Le dice algo eso?
No
He sido honesto con usted, le he mostrado cosas que pocos llegan a ver y espero recibir el mismo trato de su parte.
Usted trabaja para La Resistencia, está escribiendo el guión de una película cuya acción va a ocurrir ahí, viajó la semana pasada a esa ciudad, ¿es eso correcto?
¿Quién?... Sí, es correcto.
Decir la verdad siempre resulta más sencillo, las mentiras solo crean más mentiras y uno gasta mucho esfuerzo en pensar como sostenerlas. ¿Quién era su contacto allá?
Una mujer, María. La ví la primera noche en el hotel, me dejó su número por si necesitaba algo, pero no la llamé ni volví a verla.
¿Qué instrucciones le dieron?
¿Instrucciones?, ninguna. Solo debía ir para ver el ambiente.
¿En qué hotel se hospedó?
Un hotel llamado La Catedral
¿Eligió usted el hotel?
No, me entregaron el pasaje y la dirección del hotel que habían reservado.
Línea 65, hotel La Catedral, cuarta avenida sur número 4. Abra el libro en la página 210 y lea.
¿Me disolveré en un himno oficial?
No me ofrezcas, no me ofrezcas
La diadema de un rostro inerte.
Pronto me hará falta la lira,
La de Sófocles ya, y no la de Shakespeare.
En el umbral está el Destino
Pésima traducción. ¿Visitó usted la catedral ubicada entre la cuarta y quinta calle oriente frente al parque central?
Sí
¿Alguien le sugirió que lo hiciera?, no se apresure a contestar, piense.
No. Llegué al hotel cerca del mediodía, la habitación no estaba disponible y entonces me fui a caminar. Llegué a la catedral y un guía se ofreció a mostrarme el lugar. Era una persona mayor, pobremente vestida, hablaba cuatro idiomas y sabía mucho. De manera que lo contraté para que me acompañara esa tarde y los dos días siguientes. No, nadie me sugirió visitar la catedral y estoy seguro que ese encuentro fue completamente fortuito.
Línea 68, la catedral, no se trata de la obra sino de una interpretación de la obra. Página 74, lea.
"desenlace regresivo" o "sistema de misterios". O como suspensión del juicio de la mirada. La mirada poética se transforma entonces en poética de la mirada. Afloran a la memoria "no acontecimientos fijados por el recuerdo, sino más bien datos acumulados de una forma inconsciente". El Poema se convierte en visión, en acto visionario proyectado simultáneamente hacia el futuro y el más trascendente sentido- las palabras de Eliot, reelaboradas por Ajmátova: In my future is my past ("En mi futuro está mi pasado").
El Poema entabla así, en su arquitectura secreta, una serie de correspondences (al modo y sentido de Baudelaire) o reencuentros entre la vida interior y la exterior, anterior y posterior en el espacio de la belleza por excelencia, el espacio poético. En él se conjugan el tiempo recobrado en el recuerdo y la visión profética (oracular, hipnótica) del futuro, fundidos en un presente intemporal y perpetuo, sub specie aeternitatis. Esta metáfora, fórmula o ecuación del arte, permite fusionar los elementos disociados de la verdadera experiencia histórica, los trazos dispersos de la biografía personal y de sus reflejos de la sala de espejos que simboliza en el Poema el espacio de la escritura poética. Si el Poema es en el plano compositivo un sueño en el sueño, su correspondencia en el plano imaginario es la imagen del espejo vista a través del espejo; el espejo vivo o animado por la mirada ajena. Ambos planos se funden a su vez en el plano poético, concebido de manera orgánica, dinámica. De este modo, "el espejo sueña con el espejo".
De los espejos pasamos a los espejismos que transforman el Poema en una especie de fata morgana o delirio onírico: en el reino de los sueños, "todos los espejos reflejan a quien no apareció". Los espejos del Poema se animan, cobran vida, adquieren alma (frente a las almas muertas, a los espejos muertos) y contemplan, desde el "otro lado" del espejo, la realidad.
De esta manera se tranforma uno de los mitos de los poetas simbolistas y también de la estética del realismo social: los espejos (de la poesía, del arte) no reflejan la realidad, no son "un fiel reflejo de la realidad", de una concepción reductivista de la realidad. Los espejos contemplan la realidad. La realidad es contemplada en una sala de espejos, desde los reflejos de todos los espejos, desde "detrás" de los espejos. La realidad es vista también desde otros estados (extraordinarios, esto es, no orinarios) de la conciencia: desde el delirio y el sueño, desde el tránsito a la muerte y desde la muerte, desde la memoria del tercer ojo, el ojo de la imaginación.
Donde "el silencio vigila el silencio" y "el espejo sueña con el espejo" surge el Poema como conjuración del silencio, inversión de los espejos. El autor, entonces, interpela a un eco lejano y "despierta el silencio de la gran época taciturna". Canta el silencio y suenan los pasos del Poema: comienza a andar. Resuena en nosotros "el sonido de los pasos de los que no están", los muertos se animan y acuden a la fiesta de Año Nuevo, convertida en mascarada, "en reunión de medianoche hoffmaniana". Resucitan todos los delirios, despierta la diablería de Petersburgo y el instante -el Poema- se aproxima a la locura.
De las desapariciones surge una prodigiosa, fantasmal aparición: "se abrieron los muros, se inflamó la luz y se hinchó el techo". Las voces de la memoria -las voces de ultratumba- salen de la tumba del olvido y cruzan otra vez el Leteo. Cruzan, vuelven al Poema como grito ("¡El héroe a escena!"), murmullo ("Adios, ¡Ya es hora! Te dejo viva pero serás mi viuda") gemido ("¡No hace falta!"), voz pura ("Estoy preparado para la muerte"). Se interrumpe así el sueño profundo de las cosas. En ese lapsus, intervalo, interrupción, despiertan las cosas y despierta el Poema. Abre sus alas el Poema.
El vuelo mortal del Poema horada el espejo de la realidad. De sus intersticios, ecos, huecos, surge la fábula "de una terrible realidad", contada como Cuento de Petersburgo. Entonces, el final se convierte en principio, el pasado es el futuro, el presente no tiene fin: es una "perspectiva" sin fondo, una Avenida infinita, una ciudad, la ciudad que flota sobre el Neva, mas allá de la vida y de la muerte, porque:
No hay muerte. Todo el mundo lo sabe.
Es insípido repetirlo.
Lo que hay, ojalá me lo explicaran.
No hay muerte, sólo "una pavorosa fiesta de hojas muertas" en la densa niebla de la larga noche invernal de Petersburgo. Visión apocalíptica y epifánica de la ciudad. Recuerdo y profecía. Envuelta en nieve, en la niebla, en sombra, la ciudad, espectral telúrica, cósmica, se convierte en el escenario del Poema. La ciudad es el Poema. El héroe del Poema. Un héroe de ultratumba, esto es, un héroe colectivo, anónimo, que huye de su tumba:
Las hogueras calentaban las Navidades
Y caían de los puentes las calesas
Y toda la ciudad en duelo flotaba
Hacia un destino desconocido
Pero el Neva o a contracorriente
Sólo para huir de sus tumbas.
El viento de la historia, el viento de la guerra. El viento de Petersburgo en 1913, en vísperas de la Primera Guerra Mundial y de la Revolución Rusa simboliza en el Poema un auténtico "fin de siècle". Comienza el año 1914 y comienza el siglo XX:
Pero por el muelle legendario
Se acercaba el auténtico siglo XX
No el del calendario.
De la ciudad flotante, "dostoievskiana y endemoniada", pasamos a la ciudad en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, y luego a la ciudad asediada por las tropas hitlerianas, a la ciudad envuelta en llamas, la ciudad quemada, derruida, destrozada. El paso del siglo XX por la ciudad convierte al Poema en Réquiem y a su marcha en marcha fúnebre.
El infierno de Petersburgo (la ciudad del arte y la cultura) halla su correspondencia histórica en el infierno de Rusia (visión de los bosques quemados) y en el plano biográfico, poético (el "cuento quemado"). El poema es también un "poema quemado", cuyas cenizas se convertirán en letras al encender los "cirios secretos", la minúscula luz que ilumina su materia oscura.
Hasta ahí.
Usted llegó el 11 de noviembre, luna nueva. ¿Qué hacía durante la noche?
¿En la noche?, no mucho. Antigua está lleno de bares y restaurantes. Encontré un bar al lado de un museo, una vinoteca cuyo dueño es suizo. Me sentaba ahí a beber una copa. Me gustaba ese lugar porque es silencioso y nunca había nadie, me sentaba a una mesa con una vela encendida en el centro y tomaba mis apuntes mientras el suizo desde otra mesa fumaba y miraba en dirección a la fuente. Una noche, creo que fue la tercer noche, el suizo me contó su historia:
Tenía una empresa de no recuerdo qué cosa, la vendió y con el dinero compró una finca donde puso un restaurante. Un buen día llego un ruso acompañado de dos directivos de la banca suiza, le dijeron -Quiere comprarte la finca, no importa el precio, si al terminar el almuerzo te da la mano, la operación está hecha. Con ese dinero compró un vehículo y se largó a viajar por el mundo. Solo, siempre lo vi solo. eso me llamó la atención.
Luego de ahí, algunas veces, iba a un bar llamado No Sé, en primera avenida sur número 11c, el lugar es muy animado, todos turistas americanos, canadienses, franceses. Es una casa grande con tres barras, muy oscuro, solo iluminado por velas.
Asi eran mis noches.
¿Visitó la posada El Ensueño?
No. ¿Por qué?
Se dice que ahí comenzó todo. Línea 71, Callejón del Agua, Callejón La Ermita. Página 106. No haga caso a la traducción, lea en ruso.
No hablo ruso.
Permítame.
"¿Dónde están ahora aquellas compañeras del azar,
De mis años de infierno desnudo?
¿En la borrasca siberiana cuál es su soñar,
Qué imaginan en el círculo lunar?
A vosotras os envío mi adiós y mi saludo"
Le diré lo que haremos. Cuando termine el guión quiero verlo, quiero saber además todas las instrucciones que le den, todo aquello que usted considere relevante o le parezca extraño. Todas las correcciones que le hagan.
No se preocupe, le pagaré bien y nadie tiene por qué enterarse.
No creo que pueda hacer eso.
¿No?, ¿y por qué no?
Porque no me parece honesto, es más, creo que es mi deber informar a La Resistencia de está reunión.
Bueno, pude hacer eso.
Pero si lo hace me veré obligado a informar a La Resistencia que es usted un informante de Aleph, un traidor. Entonces, la próxima vez que coloque la llave en su auto, antes de hacerlo, no podrá evitar experimentar un leve temblor en su mano. ¿Entiende lo que digo?.
¿Qué?. No. No tengo auto.
Peor para usted, porque ellos saben donde vive. Usted pasa sus informes en el bar La Puerta Roja, a partir de ahora yo le diré aquello que quiero que informe. A partir de ahora, usted trabaja para mi.
¿Señor?, ¿me llamó usted?
Nuestro invitado se retira. Ha sido un placer hablar con usted y estar en un todo de acuerdo. Por favor, lleve al invitado a donde le indique, no queremos que le ocurra nada, mucho menos que la lluvia lo moje.
Suba por favor. ¿Cómo estuvo la reunión?
¿Qué?, ¡Ah!, bien
¿Le molesta si pongo algo de música?
¿Qué?, no, no me molesta
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